jueves, 31 de enero de 2008

Hoy robo: frase a Kropotkin y foto a Teresa


Somos ricos, muchísimo más ricos de lo que creemos. Ricos por lo que poseemos ya; aún más ricos por lo que podemos conseguir con nuestros instrumentos actuales; infinitamente más ricos por lo que pudiéramos obtener de nuestro suelo, de nuestra ciencia, y de nuestra habilidad técnica, si se aplicasen a procurar el bienestar de todos. Somos ricos en las sociedades civilizadas. ¿Por qué hay, pues, esa miseria en torno nuestro?

jueves, 24 de enero de 2008

Otra genia (para no perder las ganas de luchar)



Para ti, Be, para que no estés triste.

sábado, 19 de enero de 2008

Los que se quedan cuando nos vamos


Apenas nos contó Griselda que cuando trabajaba en el periódico había conocido a una mujer increíble llamada Rosaura. Rosaura vivía con su marido en una pequeña casita en el centro del pueblo, y Griselda, entonces soltera y sin hijos, pasaba de vez en cuando a verles porque era su vecina y no conocía a nadie en el pueblo. Rosaura tenía miles de ropas tiradas en un viejo baúl y las dos compañeras se dedicaban algunas tardes a abrirlo y vaciarlo, mientras dejaban escapar un poco sus sueños. Eran sueños de libertad, de cuando Rosaura no tenía que cargar con un marido gruñón y cocinar para su hijo egoísta de más de cuarenta años. Rosaura le proponía a Griselda que se llevara algunas camisas o faldas, pero Griselda era mucho más joven y no quería esos ropajes de vieja.


Sucedió que un día el hijo de Rosaura se murió por sus problemas de alcoholismo, y Rosaura se quedó un poco más sola aunque un poco más libre en esa casa. De vez en cuando se reían, como aquella vez en que su marido echó de la casa a la mujer que les vendía los pollos porque creía que Rosaura estaba celoso de ella. O cuando el marido de Rosaura se subió a podar el árbol, orgulloso de su cuerpo fortachón y ya no podía bajar de nuevo. Pero poco a poco sus cabellos se fueron haciendo más grises, y las hojas secándose en esa casa, y las visitas olvidándose de ellos. Griselda también se marchó a trabajar a otro lugar, y ya no iba a visitarles muy a menudo.


Pero un día soñó con ella. Las dos abrían el baúl de nuevo, y sacaban las ropas como siempre. Y Rosaura le decía que se las llevara, pero su voz sonaba más convencida. “Ahorita ya no las voy a necesitar”, decía. “¿Y qué voy a hacer con todo esto, montar un tianguis?”, respondía Griselda divertida, sin darse cuenta de que Rosaura ya no las iba a necesitar, porque en su sueño era un fantasma y llegó a pensar que también lo era en la realidad. Fue entonces cuando decidió ir a visitarla de nuevo, con los nervios a flor de piel y el miedo de no encontrar en esa casa más que los vestidos de Rosaura.

viernes, 18 de enero de 2008

Ropas de Vieja


Fuma cigarros Piper mentolados que olvida en el cenicero cuando habla. Lee, cada tarde, dos periódicos y cientos de hojas de libros que devora con increíble concentración. Recuerda los cumpleaños de sus 42 nietos y todo lo que aprendió de geografía y de historia. Se lima las uñas mientras te cuenta cómo vivió la Guerra Civil o cómo quiso ser farmacéutica y le obligaron a ser maestra. Absorbe tu atención con cada cosa que dice porque la edad le ha hecho sincera y sin miedo.

Tenía frío y llevaba una semana acatarrada, por eso había buscado con qué arroparse. Debió de encontrar ese chal de alguna otra abuela. Cuando la vi, sentada en su brasero, rodeada de libros y periódicos, exactamente igual que siempre, supe que todo había cambiado. Trató de justificarse, por tantas veces que mi hermana y yo hemos criticado esas “ropas de vieja”. Pero la vi débil ante tanto mundo y tantos años.

jueves, 10 de enero de 2008

La chançon du dimanche

Porque hay imágenes que valen más que mil palabras. Dos genios que se dedican a hacer una canción cada domingo sobre distintos temas de actualidad, como ésta, sobre las huelgas en Francia por los regímenes especiales de jubilación.



Pero hay muchas más, también sobre Sarkozy, que bien se lo merece, en especial últimamente, sobre el poder de compra de los franceses, etc. Se han hecho tan famosos, que hasta darán un concierto este viernes en la Flèche d'or.