miércoles, 5 de marzo de 2008

¿A qué no te habían hecho nunca tantas fotos?

Tiene la piel tan morena que le dicen "el negro" o "el angolano". Lleva siempre un sombrero de paja al que ya le arrancó los adornos y una cerveza en la mano la mayor parte del día. Duerme, cuando puede, en una casa en obras, que está junto al hotel María Sabina, pero a veces los obreros se lo impiden. Otras, con las cervezas en su estómago como única comida, se queda dormido aunque el ruido sea infernal y el calor entre por todas las puertas. Cuando está contento, grita "chamaca!" cada vez que te ve y se queda sentado a tu lado fumando un cigarro que por supuesto tú le has conseguido.

Sin embargo, últimamente, desde que agarraron al triler y se lo llevaron a la cárcel por timar a unos turistas, anda un poco cabizbajo. Ya no grita "chamaca!" si no le llamas tú primero, ni te pregunta si tienes habitaciones libres para conseguirte gente y llevarse una comisión. Cuando le preguntas, dice que está cansado. Sus huesos ya se acostumbraron a la dureza del suelo, pero aún no ha conseguido curarse la herida del dedo. Dice que se le levantó la postilla "chambeando", pero cuando voy a colocarle una tirita veo que aquello no es una postilla sino carne desgarrada. Es mágico, con la herida tapada dice que ya no le duele, pero acepta el café que le llevo y su color es más blanco.

Me roba todas las mañanas el libro hasta que le grito "chamaco!" Y menea la cabeza de un lado a otro mientras se acerca a devolvérmelo

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